LOS SALMO DIARIOS

Los salmo Diarios

Y mi oración regresó a mi propio seno. La oración nunca se pierde; si no bendice a aquellos por quienes hemos intercedido, por lo menos bendice a los intercesores. Las nubes no siempre dejan caer la copia sobre el mismo emplazamiento de donde asciende el vapor, sino que riegan otro emplazamiento; y, hasta Triunfadorí, las súplicas de uno u otr

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